Ahora que la sociedad está cada vez más familiarizada con el término ‘startup’, otra palabra comienza a sonar con fuerza para definir a un perfil concreto de compañías del ecosistema emprendedor: ‘scaleup’, empresas que ya han logrado reunir al menos un millón de dólares. Al traducir del inglés, es posible deducir que ya no se trata de empresas que están comenzando y necesitan un impulso para despegar del todo o acelerar su presencia en un determinado mercado, sino más bien de negocios que tienen un cierto rodaje y que ahora buscan una meta más ambiciosa: escalar el modelo.
Según la definición del Scale-up Institute de Reino Unido y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para que una compañía sea considerada una ‘scaleup’ debe haber crecido durante los tres anteriores ejercicios a un ritmo anual superior al 20% en número de empleados o en facturación. Es el tipo de empresa que conoce bien Adrián García-Aranyos, presidente global de Endeavor, una fundación sin ánimo de lucro de cuyo patronato es miembro Carlos Torres Vila, presidente de BBVA. Esta organización se encarga de seleccionar emprendedores “de alto impacto”, es decir, aquellos que ya están creando empleo y riqueza en un determinado país o área geográfica, con el objetivo de ayudarles a multiplicar esos resultados, así como lograr otros posibles beneficios para el ecosistema.
Los perfiles que persigue el equipo de García-Aranyos son los que se corresponden con los responsables de una ‘scaleup’, es decir, una compañía con un modelo de negocio probado y que requiere ayuda para abordar un determinado punto de inflexión, como su internacionalización, su expansión a un sector diferente o la contratación de nuevos profesionales. En otras palabras, esas compañías quieren ‘escalar’ un proyecto que ya ha demostrado su rentabilidad bajo unas circunstancias concretas, por lo que muchas ‘startups’ pueden acabar convertidas en ‘scaleups’.
Aunque existen perfiles muy diversos dentro de esas compañías, Endeavor ha detectado algunos rasgos comunes de sus responsables. Por ejemplo, se trata de personas que ya han tenido una trayectoria corporativa porque han trabajado por cuenta ajena al menos unos dos años. En segundo lugar, todos cuentan con algún componente internacional, bien porque tienen familia en otros países, bien porque han sido becados en el extranjero durante un tiempo o bien porque les encanta viajar, pero el caso es que son ciudadanos del mundo y no ven el mercado como algo cerrado, sino como una oportunidad global. “Y, por último, la edad media está en los 38 años, por lo que ya no hablamos de veinteañeros, aunque también hemos seleccionado perfiles muy jóvenes con mucho talento”, puntualiza García-Aranyos.
Para hacernos una idea, entre los responsables de ‘scaleups’ españolas seleccionadas por esta organización se encuentran nombres como Juan de Antonio, fundador de Cabify; Andoni Goicoechea, fundador y CEO de Goiko Grill; Javier Andrés, fundador y CEO de Ticketea; o Enrique Bretos, cofundador y CEO de Pisamonas. Así hasta un total de 35 emprendedores de alto impacto que han sido elegidos en nuestro país desde la creación de la filial española de Endeavor, en 2014.
Fuente: BBVA